domingo, 6 de abril de 2014

28-III-2014 Budha Guest house, Bamboo. Cuando un enchufe en la habitación es un lujo

Xvfv s jgksbdbdosjb?
Sorry?
You married?
Yes. (mentirosa!)
And husband, in Nepal?
No husband at home, working. I'm here, holidays.
Jajajajajajajajaja.
Se ve que las mujeres nos entendemos bien. A la señoraza que regenta el Budha Guest House le parece estupendo lo del husband working y yo holidays. Un día de estos voy a probar a decir que no tengo husband, a ver qué pasa (que sería la verdad, no tengo husband, tengo pareja, pero no voy a entrar en explicaciones largas con este tema). Es un asunto que parece interesar mucho por aquí, te miran de arriba a abajo, calculan tu rentabilidad, y le preguntan a tu guía por tu estado civil. Halagador.
Otro bonito día por estos caminos de Buda y Rama (y unos cuantos dioses más, hay variedad). En este momento me está costando acordarme del comienzo del día. Veamos: estaba en una casa encaramada a una ladera, donde, tras dura lucha de miradas, he conseguido dormir sola, y no con la enorme, gigantesca, gorda y peluda araña que amenazaba con aterrizar en mi saco. Desayuno al sol, mochila y escaleras ukaalo (cuesta arriba), escaleras ouralo (cuesta abajo). Calor, mucho calor. Más calor. Buenas vistas del Machhapuchhre (Fishtail para nosotros, por la bonita forma de su cima, razón por la cual casi todos los albergues tienen llaveros con forma de pez), buenas vistas de paisajes con cultivos en terrazas. Incluso un pueblo grande hemos visto, Chomrong, con pista de baloncesto, clases de yoga, hasta un pequeño monasterio con su lama.
Parece que no me impresionen los paisajes. Falso. Impresionan, por supuesto. Pero nada en comparación con la gente (tópico, lo sé, por algo lo es). Sonrientes, ceñudos, curiosos, aún vestidos a su modo tradicional, veo que quedan lugares a salvo de Inditex. Niños jugando y niños trabajando, guías que se saludan, comentan sobre su carga (o sea, yo), mujeres en cuclillas lavando la ropa, fregando los cacharros, trabajando en el campo...
Las escaleras. Miles.


Saludos desde la jungla: a esta pobre criatura se le olvida explicar los títulos. En este trekking se paga por casi todo: lo obvio (comida, alojamiento) y los lujos (ducha caliente, recargar el móvil). Por pura lógica, a medida que se asciende es más caro todo. Estaría bueno, sólo de verles cargando a las espaldas bombonas de gas y cajas de cervezas por esas paredes de escaleras, como para no pagar. La luz también cuesta, en caso de que la haya, y no encontrareis enchufes en las habitaciones, sino un gran enchufe comunitario en el comedor para que cada uno acople su dispositivo. Sin embargo, oh sorpresa, en Bamboo no quedaba sitio y echaron a un guía de su habitación para dármela a mi (inútil quejarse, aquí ni siquiera se puede retirar uno mismo el plato de la mesa, parece que pones en evidencia a quien supuestamente se encargue de eso), y ¿qué había en la habitación? ¡Un enchufe propio! Me pareció un lujazo, electricidad a mi disposición, podía recargar el teléfono sin estar pendiente de los hurtos, algo que, según insisten los locales, se da con cierta frecuencia.

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