jueves, 31 de octubre de 2013

Día 1: sigo infiltrada, todavía no me han descubierto

En una de esas, un día tonto de verano, estaba planificando el viaje a Japón-Corea, y no sabía muy bien qué elegir en Corea. Una tarde tonta, ya he dicho. Supongo que haría demasiado calor para salir de casa, no recuerdo muy bien. En un momento fatídico, mientras ojeo la guía, aterrizo en la página de templestay. Meses más tarde, me he levantado a las 3:45 a.m. para meditar. ¿Fue una mala idea? No, no creo que sea para tanto.

El templestay se viene practicando en Corea del Sur desde los años 90, con bastante éxito. Gente de todas partes del mundo, incluida la propia Corea, acuden a sus templos para aprender a meditar, alejarse del mundanal ruido, descansar, adelgazar...Las estancias pueden ser desde sólo un día hasta indefinidas, y las actividades dependen de cada templo, aunque todas incluyen meditación, cánticos, postraciones y trabajo comunitario. En Golgulsa, como extra, se puede practicar el sunmudo, un arte marcial budista que no está pensado para la pelea, sino para el bienestar del cuerpo y de la mente.

¿Y yo qué pinto aquí? Eso me vino a preguntar ayer Sarah, una chica que lleva en Golgulsa año y medio y que se encarga del templestay. Salvé el momento con un "no sé muy bien por qué he venido", que le pareció una contestación profunda. Realmente, algo de idea de cómo he llegado aquí sí tengo. Encajo en ciertas actividades: meditación (quién no necesitaría aprender a hacer "off" en la cabeza de vez en cuando) y ejercicio físico; nunca he practicado artes marciales, y tampoco voy a aprender gran cosa en dos días, pero me parecía divertido meter la punta del dedo gordo del pie en esa agua.

En lo que no me veo en absoluto es en las reverencias, postraciones y ritos budistas en general. Ahí sí que soy una infiltrada, y no intento siquiera seguirles el ritmo de reclinaciones. Soy atea practicante, ya les avisé cuando hice la reserva, aunque no parece que sea algo que les moleste, ni que practiquen un proselitismo agresivo.

Todo esto, una vez más, es una rápida primera impresión. Sólo he estado en una sesión de sunmudo, muy divertida, dando patadas al aire y sudando a chorros, en la que había también niños y adolescentes coreanos y coreanas, y en un par de sesiones de cánticos y meditación. Pero he pasado por el duro momento del despertador, eso ya es toda una prueba de control y entereza, levantarse y no mandarlos a todos al carajo.

Se pueden sacar fotos en cualquier momento, pero aún no tengo nada decente. Este templo no es sólo para hacer templestay, sino que cuenta con más de 1500 años de historia, cuando se esculpió una imagen de Buda en la roca y se fundó el primer templo. Más tarde me dedicaré al turismo, entre la comida y la meditación de la tarde. No veo siestas en el programa, un fallo, supongo.

Entrada al templo

 

Mi desayuno: no se puede dejar nada sin comer, pero es buffet, así que, no llenar el plato de kimchi
Comedor: mujeres a la izquierda, hombres a la derecha

 

1 comentario:

  1. Me acabo de leer del tiron todas las entradas de este PEDAZO viaje. Me ha encantado la entrada de corea del norte. De todas formas, reconocelo, no hay nada como Japon, ja ja. Ovi

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